Recomendaciones nutricionales para mantener una dieta equilibrada, variada y completa.
QUE NO FALTEN EN TU ALACENA Y REFRIGERADOR…
Verduras y hortalizas. Nos aportan vitaminas y minerales. Son muy ricas en fibra y agua, y nos ayudan a combatir el estreñimiento. Debes comer, como mínimo, la mitad de un plato grande.
Proteínas de origen animal y vegetal, como carnes, pescados, huevos, lácteos, legumbres, tofu, soya texturizada, etc. Deben estar presentes en todos los platos principales (comida y cena), representando, como mínimo, un cuarto del plato.
Hidratos de carbono. Nos proporcionan energía. ¡No les tengas miedo!
Grasas saludables. Están presentes en alimentos como el salmón, el atún, los huevos, los frutos secos, el aguacate, el aceite de oliva extra virgen, etc. Además, nos ayudan a mantener una correcta absorción de vitaminas liposolubles (vitamina A, D, E y K).
Fruta. Debemos comer tres piezas al día, como mínimo, para garantizar el aporte de vitaminas y fibra necesaria.
Agua. Es importante primar el agua como bebida principal. La ingesta adecuada debe ser de entre 6 y 8 vasos de agua al día, como mínimo.
RECUERDA CONSUMIR ALIMENTOS RICOS EN MINERALES Y VITAMINAS
Hierro: puedes encontrarlo en alimentos como las espinacas frescas, los mejillones, las legumbres o las carnes rojas (estas últimas debes consumirlas con moderación, dos veces a la semana como máximo). Cómelos junto con algún alimento rico en vitamina C, ya que ayuda a su absorción. En cambio, evita tomarlo con lácteos, puesto que producen el efecto contrario.
Calcio: no solo se encuentra en los lácteos (yogur, queso, leche…), sino también en otros alimentos como el brócoli, las espinacas, el tofu, las variantes del camote, las almendras, etc.
Vitamina C: lo más común es pensar en los cítricos, pero alimentos como el pimiento, el jitomate, el mango o el kiwi también son ricos en esta vitamina.
Fibra: el aporte adecuado de frutas, verduras y cereales integrales (arroz y pasta integral, pan integral, etc.) nos puede ayudar a combatir el estreñimiento.
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El síntoma clásico del ERGE es la acidez estomacal, que es una sensación de ardor en el pecho que se irradia hacia la boca, aunque también puede asociarse a un sabor amargo en la parte posterior de la boca con o sin regurgitación del reflujo. Los síntomas extraesofágicos no siempre se reconocen, pero pueden ser carraspeo y ronquera, sensación de plenitud en la parte posterior de la garganta, náusea o vómitos crónicos.
El diagnóstico es clínico con síntomas clásicos y respuesta a la supresión del ácido. La pirosis con o sin regurgitación suele ser suficiente para sospechar de ERGE, sobre todo si los síntomas se exacerban en el postprandio o en decúbito.
Los pacientes con ERGE deben ser evaluados para detectar datos de alarma, ya que estos determinarán si se requiere una evaluación endoscópica urgente. En caso de que no haya síntomas de urgencia, el tratamiento debe orientarse hacia la modificación del estilo de vida, más no debe perderse de vista que no existe evidencia suficiente de que la mayoría de los cambios de estilo de vida tengan un efecto suficiente sobre el trastorno. La única modificación probada es la elevación de la cabecera de la cama, que reduce la exposición esofágica al ácido y el tiempo de aclaramiento esofágico, contribuyendo a la reducción de los síntomas del ERGE.
La terapia con medicamentos tiene como objetivo la reducción de los síntomas y minimizar el daño de las mucosas por la exposición al ácido. Se ha demostrado que los bloqueadores H2 tienen algún beneficio sintomático, pero en pacientes sin contraindicaciones, los inhibidores de la bomba de protones son la terapia más eficaz.
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¿CÓMO HACERLA?
En una libreta a mano, aunque lo más recomendable es hacerla en la computadora o el celular, en Word o mejor aún en Excel.
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El cuidado de un bebé y la comprensión de todas sus necesidades puede parecer complicado, sin embargo, el instinto materno te ayudará a salir adelante.
Recuerda cuidarte y dedicar unos minutos de tu día para consentirte además de a tu bebé. Con el paso de los días los gestos y cambios de tu pequeño se convertirán en una grandiosa oportunidad para aprender más sobre él. Darle un baño o mantenerlo limpio y seco; reconocer cuando tiene temperatura o vistiéndolo con la ropa adecuada, será cada vez más fácil y agradable.
ACCESORIOS INDISPENSABLES QUE PUEDES ADQUIRIR EN EL SÚPER
No olvides anotar en tu lista de cosas indispensables, los siguientes artículos.
Babero: Este accesorio es indispensable para tu bebé, ya que, cada vez que lo amamantes, lo alimentes con la papilla o le des el biberón lo va a utilizar. Además, así lograrás hacer que su ropa se mantenga limpia por más tiempo.
Chupón: Es una opción muy utilizada por los padres de niños menores a un año para calmar las molestias y la ansiedad del bebé. Cuando el niño utiliza el chupón, no se lleva los dedos a la boca y de esta manera evitarás que contraiga distintas enfermedades. Es importante que antes de utilizarse se lave cuidadosamente con agua y jabón, además de esterilizarlo.
Cubiertos: La utilización de la cuchara o tenedor es una gran experiencia porque marca el inicio de una nueva etapa en su desarrollo. Para ayudarle con este magnífico proceso puedes utilizar cubiertos de plástico o de silicón diseñados en colores vivos que atraerán mejor su atención; algunos diseños tienen una punta más blanda que evitan problemas en las encías del bebé.
Vaso entrenador: Es un accesorio sumamente práctico para comenzar a darle líquidos al pequeño sin necesidad de usar biberón tradicional. Además, el vaso entrenador ayuda a mejorar la coordinación motora de tu pequeño, entrenándolo en los movimientos de llevar objetos de la mano a la boca, para alentar su independencia.
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La casa es el ambiente en el que transcurrimos gran parte del día. Es donde los niños juegan, comen y aprenden a gatear. Para proteger su salud es necesario cuidar la higiene, precisamente, donde se concentra el mayor riesgo de infecciones y alergias: el suelo que pisamos con los zapatos procedentes del exterior, las superficies de juego, las destinadas a la preparación de la comida y el baño. También es necesario prestar mucha atención a las alfombras, los cojines, los colchones, los sofás, las camas, etcétera, ya que son los lugares preferidos de los ácaros del polvo. Es muy importante reducir la carga de bacterias en estas zonas de riesgo de la casa, especialmente, porque acostumbran a ser las más frecuentadas por los niños pequeños.
LA COCINA
Es uno de los sitios de la casa donde pasamos mayor parte del tiempo. Además, es la zona en la que se preparan los alimentos y en la que, algunas veces, damos de comer al niño. Por todo ello, es imprescindible mantenerla siempre reluciente y desinfectada. Se debe prestar especial atención a la mesa y a las superficies de apoyo de la cocina, ya que hay que evitar que las posibles bacterias patógenas (presentes, por ejemplo, en la carne cruda, la verdura sin lavar o las cáscaras de huevo) contaminen los alimentos, con el consiguiente riesgo de infecciones alimentarias.
Para limpiar este tipo de superficies, se aconseja el uso de productos sin cloro, para una mayor seguridad, al estar en contacto directo con los alimentos que se consumen.
EL BAÑO
El cuarto de baño es el sitio que utilizamos para la higiene diaria del niño y, además, es el espacio donde se ubica el inodoro y por lo tanto es utilizado con frecuencia por los papás. Por este motivo, debe ser desinfectado a profundidad, eliminando los gérmenes de las superficies y evitando la formación del molesto moho. Se debe prestar especial atención a los rincones preferidos por los gérmenes (regaderas, llaves del agua, coladeras, lavabos, fregaderos, etcétera), así como a la taza del baño, que puede contener cal y óxido, y provocar malos olores. También se debe mantener una higiene minuciosa de la tina y el área de la regadera, que se deben limpiar antes y después de cada uso.
EL SUELO
Las bacterias potencialmente patógenas que proliferan en nuestras casas son las responsables de infecciones gastrointestinales, como la Escherichia Coli, la Salmonella y el Campylobacter. Se encuentran en el suelo del hogar y pueden provocar trastornos en los pequeños, que gatean por todas partes, tocan objetos y superficies, y se llevan las manos a la boca. Para controlar su difusión, se debe limpiar el suelo con frecuencia. En primer lugar, hay que eliminar los restos de comida y otros residuos utilizando una aspiradora o un “trapeador” a vapor. A continuación, hay que lavar el suelo con agua caliente y detergente. Se aconseja el uso de desinfectantes sin cloro, que limpian a profundidad de forma saludable, sin ser tan agresivos como aquellos que contienen este líquido tan fuerte y con olor desagradable.
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